martes, 28 de abril de 2009

Testosterona

Caracteristicas
Las células de Leydig de los testículos sintetizan y secretan testosterona –el principal andrógeno testicular-a partir de acetato y colesterol. Los hombres adultos secretan aproximadamente 4.10mg de testosterona cada día, la mayor parte de la cual alcanza la sangre. No obstante, una pequeña cantidad penetra en los túbulos seminíferos, donde se une a una proteína fijadora de andrógenos secretada por las células Sertoli, y posteriormente interviene de forma decisiva en el desarrollo de los espermatozoides. Al ser un esteroide y, por consiguiente relativamente liposoluble, la testosterona es capaz de cruzar la barrera hemotesticular por difusión pasiva.

Acciones periféricas
La hormona circula en el plasma, unida a la globulina transportadora de esteroides sexuales o a otras proteínas plasmáticas. Penetra en la célula libremente, donde puede convertirse en dihidrotestosterona o en 5-a androstendiona. Los tres andrógenos se unen a proteínas receptoras citoplasmáticas específicas para formar un complejo esteroide-receptor que se desplaza hasta el núcleo e interacciona con el ADN cromosómico. Además pueden unirse a receptores de la membrana plasmático interaccionar directamente con el ADN nuclear, modificando así la expresión genética. En los tejidos existen más receptores androgénicos de los que serían necesarios para cumplir los objetivos específicos de la hormona (crecimiento, maduración etc.). Estos tejidos incluyen los órganos accesorios del tracto reproductor masculino, la próstata, vesículas seminales, y el epidídimo, así como tejidos no reproductores como el hígado, el corazón y el músculo esquelético.
La dihidrotestosterona es importante en el feto para la diferenciación de los genitales externos y, en el momento de la pubertad para el crecimiento del escroto, las próstata y el vello sexual. Además de su papel en la producción de espermatozoides, la testosterona estimula el desarrollo fetal del epidídimo, el conducto deferente y las vesículas seminales. En la pubertad, es responsable del aumento del tamaño del pene, las vesículas seminales y la laringe, y de los cambios en el esqueleto y la musculatura característica del hombre.

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